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Fraunhofer Chile presenta las principales innovaciones de sus 10 años de actividad

  • 13 Ago, 2019
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El desarrollo de nanopartículas que mejoran la calidad del vino, una transferencia tecnológica para reducir el sodio en embutidos y jamones y una tecnología que permite un doble uso de suelo agrícola para cultivar hortalizas y generar energía solar con paneles fotovoltaicos ubicados en el mismo espacio.

Estos son algunos de los hitos de Fraunhofer Chile, que su gerente general, Pilar Parada, destacó al presentar el jueves 8 de agosto en Corfo una visión de los aportes y el impacto de su Centro de Biotecnología de Sistemas en el país.

Esta institución, afiliada a Fraunhofer-Gesellschaft (Alemania), es la más antigua de las que se han instalado en Chile a través del Programa de Atracción de Centros de Excelencia Internacional de Corfo, cuya primera convocatoria se realizó en 2009.

Durante un evento que reunió a representantes de reparticiones públicas, el mundo académico y centros de investigación, Pilar Parada entregó la publicación “Fraunhofer Chile: 10 años de ciencia aplicada” al recién asumido Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas. 
“Me tocó conocer parte del trabajo que hace Fraunhofer Chile cuando era subsecretario de Minería y me siento contento de recibir esta memoria de los 10 años que llevan trabajando en Chile, porque han hecho un aporte concreto a la realización de varias innovaciones en materia tecnológica”, señaló Terrazas. Tras esto, Fernando Hentzschel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, destacó el aporte de los centros de excelencia internacional que se han instalado en el país a través de cuatro convocatorias. Entre ellos se cuentan el Centro de Tecnologías para Energía Solar de Fraunhofer Chile, UC Davis Chile, INRIA Chile, Leitat Chile, el Centro de Excelencia en Minerales Sustentables (SMI-ICE Chile) y MERIC (Marine Energy Research and Innovation Center).

 “Por cada peso que pone el Estado de Chile, los centros de excelencia internacional apalancan tres más del sector privado y otros actores. Los fondos invertidos en estos años en investigación y desarrollo alcanzan a $2 mil millones, de los cuales el 37% ha sido aporte de Corfo”, subrayó.

El ejecutivo añadió que “es ahí donde se encuentra la clave de lo que hacen los Centros de Excelencia Internacional: construir puentes entre capacidades de I+D y la industria. Una unión virtuosa que ha costado tanto echar a andar en Chile”.

Midiendo el Triple Impacto

Durante su presentación, Pilar Parada destacó que “el impacto muchas veces se mide en términos económicos, pero nosotros estamos aportando también a un Triple Impacto, que incluye también los ámbitos medioambiental y social”.

Para medirlo, agregó, Fraunhofer Chile desarrolló una metodología que evalúa en una escala de 1 a 5, quince factores económicos, ambientales y sociales asociados a cada proyecto, metodología que se describe en la publicación presentada a Corfo y que se aplicó a nueve de los más de 140 proyectos realizados por la institución.

Estos incluyen innovadores ingredientes y aditivos naturales para alimentos saludables, “supra-reciclaje” de residuos agrícolas para crear aditivos naturales de alto valor, un nanocompuesto para mejorar la calidad de los vinos, una tecnología que permite ahorrar millones de dólares en la fabricación de explosivos, soluciones tecnológicas para emprendimientos agroindustriales, e intervenciones para aumentar y mejorar la productividad agrícola y apícola en forma sustentable.

FUENTE: MundoAgro