En una reunión titulada “Reglamentación mundial del comercio digital y del e-commerce: ¿Qué se necesita?”, organizada por el Gobierno de Dinamarca durante la Semana del Comercio Electrónico de la UNCTAD, el director General de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevêdo dijo que el comercio electrónico encierra un enorme potencial, pero que hay que tener conciencia de los retos que supone en esferas como la conectividad y la infraestructura.
Según la autoridad de la OMC, el comercio digital y el e-commerce concierne a todos. “Internet y las nuevas tecnologías están teniendo un gran impacto en nuestras vidas, de una manera que no podríamos haber soñado hace unos años. Por lo tanto, no debería sorprender que también estén transformando la forma en que operamos”, explicó.
En este contexto, para Azevêdo el comercio electrónico es un aspecto cada vez más importante de la economía actual. “Ofrece oportunidades para superar algunos de los obstáculos tradicionales al comercio, incluidos los costos asociados con la distancia física. Esto abre oportunidades sin precedentes para que las empresas se involucren en el comercio transfronterizo”, comentó.
El ejecutivo valoró los medios existentes para llegar a una red más amplia de consumidores y una selección más amplia de productos y proveedores. “El cambio ya parece enorme, pero solo estamos al comienzo de esta revolución. Un estudio de la OMC encontró que al reducir los costos y aumentar la productividad, las tecnologías digitales podrían impulsar el comercio hasta en un 34% para 2030”, dijo.
En este sentido, el director general de la OMC detalló que aunque está claro que el e-commerce puede generar un gran potencial, éste también impone desafíos. Por ejemplo, la conectividad sigue siendo mixta. “Según la UIT, la proporción de hogares con acceso a Internet en los países desarrollados es el doble que en los países en desarrollo”, apuntó.
No obstante, incluso cuando se está conectado, hay otros obstáculos como una infraestructura deficiente o marcos regulatorios inadecuados, que pueden presentar grandes barreras. “Sin el marco adecuado, existe un claro riesgo de que los grandes jugadores dominen cada vez más, dejando atrás a las empresas más pequeñas”, dijo. Por eso, llamó a trabajar a nivel global y a reconocer el valor del e-commerce en las discusiones a nivel internacional.
Actualmente, alrededor del 30% de los acuerdos comerciales regionales notificados a la OMC contienen disposiciones de e-commerce, y este número está destinado a crecer. “Esto parece indicar que los países están tomando medidas, regional y bilateralmente”.
A nivel multilateral, el enfoque ha sido evaluar el impacto y el alcance de la decisión tomada por los miembros de no imponer derechos de aduana a las transmisiones electrónicas. Además, en la Conferencia Ministerial en Buenos Aires, 2017, 71 miembros de la OMC firmaron una declaración conjunta para explorar más trabajos sobre comercio electrónico. “Si bien no todos los miembros participan en estas conversaciones, están ganando impulso y los proponentes tienen claro que están abiertos a cualquier miembro que quiera unirse”, dijo el director general de la OMC.
Temas de interés
Para la OMC son relevantes aspectos como: facilitación de transacciones de e-commerce, tales como medidas de facilitación aduanera, comercio sin papel, firmas electrónicas y pagos electrónicos; acceso a los mercados y los flujos de datos; cuestiones relacionadas con los datos personales y del consumidor; y transparencia de las medidas y regulaciones de comercio electrónico.
También se ha planteado la necesidad de abordar la brecha digital. “Aquí, los miembros han estado discutiendo flexibilidades potenciales, junto con la provisión de asistencia técnica y apoyo para el desarrollo de capacidades”, aseguró Azevêdo.