En el caso de nuestra región, hace 9 años se interrumpió la expansión del denominado Polo Tecnológico en Curauma, con la consecuente ralentización en la aceleración de nuestro ecosistema de innovación. Alejandro Corvalán Quiroz Doctor en Economía, U. de Cantabria. España.
Entre el 12 y 13 de junio se realizó el 23° Encuentro Empresarial de la Cámara Regional de Comercio y la Producción (CRCP) y su lema central fue la Serendipia, cuyo significado está más ligado a numerosos descubrimientos realizados en el mundo científico, que si bien podría pensarse se produjeron por casualidad, no es menos cierto que se dieron gracias a que sus autores se encontraban atentos y abiertos a lo inesperado. En consecuencia, se trata por tanto de un proceso activo y no pasivo.
Si bien he tenido la oportunidad de ser testigo de la evolución de casi todos los Encuentros Empresariales de la CRCP, en los últimos años se ha convertido en uno de los eventos más importantes del país y en un lugar privilegiado de conversación público-privado y académica sobre los temas de innovación, emprendimiento y valor compartido. En otras palabras, la CRCP en conjunto con Centros académicos relacionados con nuestras Universidades locales han liderados iniciativas que nos ponen en la frontera de los desafíos productivos, tecnológicos y ambientales que vivimos en nuestra región y obviamente en el país.
Es interesante recordar que hace dos semanas conocimos el Informe Mundial de Competitividad (IMD), Chile cayó 7 puestos, la peor baja en 20 años y la mayor en los 63 países medidos. Desagregando algunos indicadores del IMD nos muestran que en patentes de alta tecnología estamos en el lugar 61, 50° en exportación de tecnología, 54° en investigación y desarrollo, 52° en infraestructura científica, entre otros. En el caso de nuestra región, hace 9 años se interrumpió la expansión del denominado Polo Tecnológico en Curauma, con la consecuente ralentización en la aceleración de nuestro ecosistema de innovación, a diferencia de la Región del Biobío que ha ido avanzando con consistencia dinámica en un proyecto equivalente.
En esta perspectiva, hace unos días atrás conocimos un interesante artículo del destacado economista de la Universidad de Chile, Oscar Landerretche Moreno, que nos plantea que nuestro país está, a lo menos, hace 15 años con una tendencia de caída en su productividad y competitividad y con el PIB tendencial sistemáticamente a la baja. Y como respuesta a esta tendencia nos sugiere “apostar a pactos de desarrollo en que se acuerdan inversiones, capacitación, producción y valor compartido entre Estado, empresas, trabajadores y comunidades, que conduzcan a superar las incertidumbres que impiden el desarrollo de nuevos sectores de frontera tecnológica, científica, productiva y económica”.
El desafío de construir estos pactos políticos requerirá el esfuerzo de todos para el upgrade en las instituciones, tecnologías y apuestas productivas que Chile necesita para avanzar consistentemente al desarrollo. Finalmente, el 23° Encuentro Empresarial nos muestra un camino para enfrentar los desafíos más centrales de la próxima década, cómo tenemos mejores mercados y un mejor Estado.